promediando las 4.30 pm la digestión del asado se traduce en ganas de siesta, de una siesta imposible, porque de dormirme ahora me despierto recién mañana y esta tarde tiene que ser aunque sea un poquitito productiva.
amanezco en lo del chico reef. escucho cómo su familia se está preparando para salir de paseo. lo miro mientras duerme y pienso una cantidad de cosas que exceden lo que mi actitud de recién levantada puede procesar, me doy vuelta para intentar dormir un poco más, justo en el momento en el que él abre los ojos, me mira, me agarra la mano y me acaricia la espalda. en ese instante recopilo los pensamientos inseguros y tormentosos que me azotaron el sábado a la tarde y doy delete instantáneamente y vacío la papelera de reciclaje para no volver a encontrarlos nunca más. autogenerarse miedos es un deporte en el que me estoy volviendo grosa ultimamente. esto de considerarse a uno mismo como su peor enemigo cada vez tiene más cosas de cierto, pero okey, tampoco da autoincriminarse tanto, pero sí reconocer cuando mis razonamientos son boludos e insostenibles. también está bueno saber pedir atención cuando sentís que estás necesitando un poco más. largando esas cosas creo que expulsás un poco de esa semilla que después germina y da raíces de esa angustia que cala hondo...
en mi casa hay mucha gente ahora, varios nenes de 9 años promedio, que corretean y gritan.
me estoy volviendo intolerante? nose, pero me encierro en mi habitación esperando una revelación divina que me ayude a concentrarme y trabajar.
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