adieux

el otro día ioio me dijo algo que me dejó pensando: "uno nunca está a la altura de las despedidas".

estábamos por cenar con ro, en su última noche en argentina por no sabemos cuántos meses, pero muchos.
más allá del contexto en el que estábamos (nuestra querida amiga se estaba yendo lejos lejos y no entendíamos cómo ibamos a hacer estos meses sin ella cerca) su frase me pareció una verdad infalible.
qué es una despedida? cuántas clases de despedidas hay? MILES
al instante empecé a pensar cuántas veces me tuve que despedir de alguien, cuántas de esas veces ese alguien volvió, cuantas otras no lo volví a ver, no quise volver a verlo o físicamente fue imposible que eso sucediera.
todas las veces que intenté volver sobre esos momentos, recordarlos en detalle, porque fueron los últimos, los más intensos, los más tristes o los más reveladores.

las personas se separan y se juntan, los las vidas se cruzan y se bifurcan constantemente.
las sensaciones de las despedidas son tan diversas como trilladas quizás.
la despedida de ro fue emotiva, se me cayeron unas lagrimitas cuando la abracé, pero fue un llanto de felicidad por ella, de estar conmovida por su viaje y por la distancia que va a haber entre nosotras en el próximo tiempo, no estuve triste, porque no hubo motivos para estarlo, al contrario.

las otras despedidas que se me cruzan por la cabeza ya son más tristes o mejor dicho irreversibles. pero fueron despedidas al fin y al cabo. y esa instancia, ese momento, ese instante revelador en el que uno se conscientiza - o casi - de que se está despidiendo, es muy valioso (y hasta terapéutico si uno entiende cabalmente lo que está sucediendo)

estar lejos, estar cerca, o no estar. esas son los tres escalones en los que se ubica la gente.

que te voy a extrañar, que no quiero que te vayas, que no quiero dejar de verte, que si, que por favor andate y no vuelvas a buscarme nunca mas, que tu viaje sea hermoso, que te voy a necesitar, que no entiendo cómo decirte chau ahora, que no te voy a olvidar nunca, que espero cruzarte en algún lugar, escribime, llamame, mandame un mensaje de texto, decime algo, no, mejor no me digas nada más.



es así, y ese es el costado de la vida que no se puede dimensionar, el de los afectos.
por qué?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

dios miiio, increible
besoo
nati

Quest for a leader dijo...

Muy bueno el post. Algunas líneas sobre el tema recuerdos, acá.
Saludos