timia en ciclo

después de un fin de semana en el que mis puntos fuertes fueron comerme un bosque de chocolate en rama, tener malhumor esporádico y quedarme mirando una película el sábado a la noche, entendí que los domingos son un trampolín que te puede catapultar a lo más profundo de tu pozo o quizás - y con suerte- tirarte el ánimo para arriba.

particularmente este domingo 14 de septiembre no me levanté con mi mejor carácter y cuando estaba a punto de tirarme en la cama a morir, pensé en bañarme, vestirme y salir sin rumbo a vaguear por belgrano esperando un llamado para una entrevista.

me senté en una plaza al lado de la estación belgrano r y me puse a leer hasta que el sol bajó. en el interín charlé con kati, descargué y compartí un poquito la bronca que estaba sintiendo con la vida. me metí en un bar, me tomé una lágrima y después un cortado. sola.
recibí las coordenadas de encuentro con mi entrevistado, y fui a hacer la nota con una predisposición bastante extraña.

ir a encontrarse con alguien semidesconocido para hacerle preguntas puede ser muy desconcertante, uno no sabe con qué energía se va a enfrentar, pero la buena fortuna estuvo de mi lado y no hice mas que disfrutar el momento y tomarme otro café con el personaje en cuestión.
los buenos resultados de la entrevista me cambiaron el ánimo y volví a mi casa ya de noche y con otra actitud.
antes de dormirme di muchísimas vueltas en la cama, infinitas vueltas diría yo, largué alguna que otra lagrimita y maldije mis cuasiojeras de lunes cuando me desperté para ir a trabajar.
con este estado medio lunático llegué a la oficina y enseguida me di cuenta que trabajar me calma. que la rutina me salvaguarda de algo, que me protege de algunas cosas, que las horas se me pasan rápido y tengo pocos momentos de colgarme o enfrascarme con algo.

en el transcurso del día fui levantando vuelo hasta llegar a este momento, en el que puedo concluir lo siguiente: los domingos pueden ser todavía más horribles que los lunes.

ese es el optimismo con el que me manejo, ja.

y ahora qué? ah si, ahora a empezar a planear las vacaciones.