un placer

enmantecar y enharinar con prolijidad.

lejos estoy de ser un ícono de la cocina, pero cómo disfruto con esa etapa de la preparación, me parece fundamental y me llena de satisfaccón ver el momento en el que la torta se despega con tanta amorosidad de la fuente.

anoche me bajé del taxi en el mismo instante en el que mi papá se bajaba de su auto, a las 4 am, nos sentamos en la cocina y tomamos algo juntos, una copita de vino él, un té de manzanilla yo, y charlamos bastante. cuando mi papá me comparte su vida tan de adulto a adulto me siento muy nena otra vez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

esa ultima frase fue tan acertada que me emociono