martes

me despierto para ir al cbc, desisto.
me llama kati para venir a verme al mediodía, no puedo, tengo una entrevista.
me preparo para ir a entrevistar, me llaman y me la pasan de día.
llamo a kati para decirle que sí venga al mediodía, accede.
me llaman para otra entrevista!
le aviso a kati que NO venga al mediodía porque no estaré aquí.
salgo de mi casa a altas velocidades , me olvido el celular, vuelvo.
llego al subte y me llevo puesto un cono y me caigo sobre una señora, sí, un cono naranja gigante, nadie me pregunte cómo hice para no verlo (para qué estan esos conos en el subte expliquenme)
llego a tea y una computadora me TRAGA un diskete, sufro mucho, pero deporteos bondadosos me dan un nuevo diskete.

camino a la entrevista una paloma me choca la cabeza! qué pasa loco? no me vió? tengo que usar casco?
llego a la oficina, primera entrevista de mi vida de estudiante de periodismo, todo sale ten points, el entrevistado tiene muchas ganas de hablarme y me hace acordar tanto a mi abuelo que me inspira cariño y amor.
curiosidad: cuando llegué, me saludó con la mano, cuando me fui, me dio beso en el cachete.

igual todo esto que conté no fue ni un décimo de todo lo que me ocurrió después. mi martes enloquecido terminó a las 5 de la mañana con mucho amor.
esa, estoy re exponiéndome mal.

ahora me tengo que ir a otra entrevista y no conozco al entrevistado.
esto de los encuentros a ciegas ya es un concepto cada vez más recurrente en mi vida.

detalle de ayer: mi amigo guido se quebró el dedo gordo del pie, y me llamó la atención porque justo yo venía de un percance en el pie también, cuestión que ayer vi muchas personas por la calle caminando mal, empiezo a suponer que los problemas en los pies son el nuevo mal de la humanidad.