movidito

ayer me tomé el mismo colectivo en dos momentos diferentes del día, pero siempre yendo hacia el mismo lugar.
en el primer viaje me impresioné cuando vi cómo una abuela cagaba a pedos a su nieta porque se comía los mocos. me pareció una situación muy violenta la verdad, que desencadenó en mí muchas reflexiones sobre comerse o no los mocos. en un momento creí pensar que los cánones de la sociedad lo único que hacían era reprimir los impulsos humanos en todas sus expresiones, pero no pude adoptar una postura a favor o en contra de ese hábito, el que quiera que se los coma, y el que no no.
en el segundo viaje me subí con una pareja de abuelos que se sentaron adelante mío. al principio intenté escuchar de que charlaban porque parecían muy compenetrados, cuando paré un poco mejor la oreja me di cuenta que empezaron a hablar en inglés, me pareció muy curioso, porque se notaba que eran argentinos, yo ya los habia escuchado en español, y derepente pum, cambiaron de idioma. raro.

y para rematar un día viernes de muchas actividades me metí en un farmacity a ver si me compraba algo. esa multifarmacia-supermercado-kiosco es un mundo de posiblidades.
me quería comprar unas bombachas (sí, venden de todo en serio) porque me las habían recomendado y las busqué mucho tiempo sin encontrarlas hasta que decidí preguntarle a una empleada que muy amablemente me las mostró. estuve mínimo, 25 minutos eligiendo, y ya habia pasado otros 5 minutos más buscándola. cuando empecé a mirar a mi alrededor me di cuenta que el guardia de seguridad me miraba mucho. seguí recorriendo el negocio en busca de un color de esmalte que no encuentro en ningún lado y el guardia cautelosamente me siguió por todo el local. creo que le llamó un poco la atención el tiempo que llevaba ya recorriendo las góndolas y pensó que estaba por robarme alguna cremita, algún caramelo, qué se yo.
llegó un momento en el que me incomodé y fui a la caja a pagar.
me indigné! resulta que a ahora ser indecisa despierta sospecha.